La Catedral de Sevilla, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, no solo es una joya del gótico mundial, sino también un repositorio de historia, fe y grandeza. Entre sus muros descansan reyes, exploradores, nobles y sabios que marcaron el destino de España y del mundo. A continuación, te contamos quiénes fueron, cómo vivieron y por qué su descanso eterno se encuentra en este templo monumental.
Cristóbal Colón: el navegante que cambió el mundo
El almirante Cristóbal Colón (1451–1506) abrió las puertas de un nuevo continente en 1492. Su vida estuvo marcada por la gloria y la controversia, y su muerte, en Valladolid, dio inicio a una historia casi tan viajera como la suya: sus restos fueron trasladados a Sevilla, luego a Santo Domingo, después a La Habana y finalmente regresaron a la capital hispalense.
Hoy, su imponente mausoleo dentro de la Catedral, sostenido por cuatro heraldos que representan los reinos de España, simboliza su legado universal y eterno.
Hernando Colón: el hijo humanista del descubridor
Hernando Colón (1488–1539), hijo natural del almirante, fue un erudito, cartógrafo y coleccionista incansable. Su amor por el conocimiento le llevó a fundar la Biblioteca Colombina, una de las más valiosas del Renacimiento.
Murió en Sevilla y fue enterrado junto a su obra, en la propia Catedral, donde su espíritu humanista sigue vivo entre los libros y documentos que legó al mundo.
San Fernando III: el rey santo de Sevilla
Fernando III de Castilla, conocido como San Fernando, fue uno de los grandes reyes de la historia de España. Reconquistó Sevilla en 1248, devolviéndola a la cristiandad tras siglos de dominio musulmán. Su reinado unió Castilla y León, y su fe, justicia y valor lo elevaron a los altares en 1671.
Murió en 1252 y fue sepultado en la Capilla Real de la Catedral, bajo una urna de plata y cristal que aún hoy se conserva. Su cuerpo incorrupto puede contemplarse en su festividad, el 30 de mayo, cuando la Catedral abre sus puertas para rendirle homenaje.

Beatriz de Suabia: la reina que unió linajes y corazones
Junto a San Fernando reposa su esposa, Beatriz de Suabia (1205–1235), una princesa alemana de gran nobleza y sabiduría. Nieta del emperador Federico Barbarroja, su matrimonio con Fernando III unió las casas reales de Castilla y del Sacro Imperio Romano Germánico.
Aunque murió joven, antes de ver culminada la Reconquista sevillana, su tumba en la Capilla Real simboliza la unión entre reinos y el profundo amor entre ambos monarcas, cuya historia quedó sellada en piedra y fe dentro de la Catedral.
Alfonso X el Sabio: el rey de la cultura y la justicia
Hijo de San Fernando y Beatriz, Alfonso X (1221–1284) heredó la grandeza de ambos. Fue un monarca visionario, amante del conocimiento y la ciencia. Promovió la literatura, la astronomía y el derecho, dejando obras inmortales como las Siete Partidas.
Aunque sus restos principales descansan en Murcia, parte de su corazón y entrañas reposan en Sevilla, como muestra de su vínculo eterno con la ciudad que tanto amó y engrandeció.
La familia Guzmán: nobleza y devoción sevillana
La familia Guzmán, uno de los linajes más poderosos de Andalucía, también tiene su huella en la Catedral. Sus miembros, enterrados en diversas capillas, fueron mecenas, militares y benefactores de la Iglesia. Sus sepulcros, adornados con escudos y esculturas, reflejan el orgullo de una nobleza que quiso descansar cerca de los reyes y santos de su tiempo.
Una experiencia que une historia, arte y emoción
Recorrer la Catedral de Sevilla es sumergirse en siglos de fe, poder y belleza. Cada sepulcro, cada piedra y cada capilla cuentan una historia de grandeza humana y espiritual.
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