EL RETORNO DE ELCANO

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Sevilla. 8 de Septiembre de 1522. Quién les iba a decir tres años atrás a esos 18 hombres que serían los únicos que culminarían una hazaña que cambiaría la forma de ver el mundo, que sus nombres pasarían a la Historia. Eran los únicos de 239 hombres, ni siquiera aquel que había soñado con la locura de llegar a la Especiería por el oeste habría sobrevivido: Fernando de Magallanes había muerto un año antes en Mactán (actual Filipinas).

Habían arribado a costas españolas dos días antes, en Sanlúcar de Barrameda, en una nave tan destartalada que tuvieron que pedir un barco que los ayudara a remontar el Guadalquivir hasta la capital hispalense. Junto a éste, también les prepararon una lancha de doce remos con provisiones frescas para los famélicos marineros.

A la llegada a Sevilla los recibían las autoridades de la ciudad, los miembros de la Casa de la Contratación y un numerosísimo público. La Nao Victoria era la única de cinco naves que completó el viaje de 1082 días y 69813 km, y regresaba con una carga de especias que cubría con creces los gastos de toda la expedición. Como dijo López de Gomara: “La nave Argos de Jasón navegó muy poquito en comparación con la Nao Victoria, que debería guardarse en las atarazanas de Sevilla por memoria”.

Fue el 9 de Septiembre, cuando desembarcaron los navegantes vestidos con camisas, descalzos y con cirios en las manos, y en procesión se dirigieron ante la Virgen de la Antigua de la Catedral y la Virgen de la Victoria del Convento de los Mínimos. Ante esta imagen de postraron antes de salir, el 9 de Agosto de 1519, y ante Ella se produjo la ceremonia de bendición de las banderas castellanas que se izarían en las naves. Tras aquella misa Magallanes juró lealtad a la Corona besando el estandarte real pintado por Francisco Villegas.

Pero él ya no estaba, Gonzalo Gómez de Espinosa, Capitán General a bordo de la Trinidad y Juan Sebastián Elcano, a los mandos de la nao Victoria llegaron a las Molucas con dos naves. La Trinidad tuvo que quedarse allí a riesgo de ser capturados debido a una avería. La Victoria regresó en un arriesgado viaje por el océano Índico, bordeando África y evitando los puertos portugueses para completar la hazaña.

Una gesta que confirmó que la Tierra era redonda y que su diámetro era mayor de lo que se esperaba, que descubrió flora y fauna hasta entonces desconocidas y que abrió una nueva red de intercambios comerciales.

En memoria de esos 18 hombres: Juan Sebastián Elcano, Francisco de Albo, Miguel de Rodas, Juan de Acurio, Antonio Lombardo Pigafetta, Martín de Yudícibus, Hernando de Bustamante, Nicolás el Griego, Miguel Sánchez de Rodas, Antonio Sánchez Colmenero, Francisco Rodríguez, Juan Rodríguez, Diego Carmena Gallego, Hans de Aquisgrán, Juan de Arratia, Vasco Gómez Gallego, Juan de Santander, Juan de Zubileta.

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